29 de noviembre de 2010

El planeta prohibido

Ayer murió Leslie Nielsen, muy conocido por protagonizar películas como "Aterriza como puedas" o las de la serie "Agárralo como puedas". Era un actor con una capacidad cómica muy notable pero yo lo recordaré siempre por su intervención en la película de 1956 "El planeta prohibido" en la que interpreta el papel de capitán John Adams del crucero espacial C-57D que viaja al planeta Altair IV al rescate de compañeros de una expedición anterior y desaparecidos desde hacía 20 años.

Allí conoce al Dr. Morbius (un explendido Walter Pidgeon), a su hija Altaira (Mary Francis) y a Robby, un robot dotado de inteligencia inusual.

El capitán Adams averigua que el Morbius y su hija son los únicos supervivientes de la nave que buscaba. Se producen situaciones peculiares en las relaciones con Altaira, que no había tratado nunca a ningún hombre, excepto a su padre; con el robot Robby, que demuestra unas habilidades muy notables y con el Dr. Morbius, que esconde un terrible secreto.

En el planeta Altair IV vivió, millones de años antes, una civilización, los Krell, que disponía de una tecnología muy avanzada y que el Dr. Morbius ha aprendido a utilizar. Especialmente un artefacto que permite medir y aumentar el poder mental de quien lo utiliza, incluso de materializar sus pensamientos. Durante los días que la nave permanece en el planeta, sus tripulantes son atacados por un monstruo de fuego. Morbius les advierte que deben abandonar el planeta o ser destruidos.

Finalmente el capitán Adams consigue que el Dr. Morbius le cuente como los Krell se habían auto destruido ya que el artefacto de poder mental también creo esos monstruos a partir del subconsciente de los que lo utilizaban y es el subconsciente del propio Morbius quien mantiene vivo al monstruo.

Finalmente, Morbius se percata del horror que está provocando y, herido de muerte, permanece en el planeta para destruirlo mientras su hija huye con los tripulantes de la nave. No puedo recordar ahora si Robby escapa o queda en el planeta.

Otra estupenda metáfora del "terrible" poder de la tecnología.


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