1 de diciembre de 2010

Objetivos mínimos

¿Donde han quedado esos años en los que figurar en el cuadro de honor de la escuela era un privilegio por el que luchaban los alumnos? ¿Por qué mi hija llega llorando del colegio y dice que la llaman empollona cuando obtiene buena nota en un examen? ¿Por qué cuando se le plantea este problema al tutor del curso, la respuesta que se obtiene es un razonamiento incomprensible acerca de que la clase cumple los objetivos mínimos y no hay que darle mayor importancia? ¿Por que ese tutor se ve restringido por una normativa cambiante y cada vez más complicada y confusa que le resta tiempo para dedicarse a la educación y formación de sus alumnos?

Hace años, treinta y tantos años, todo era muy fácil: trabajando y estudiando mucho, con el esfuerzo que eso supone, las notas eran buenas. Si eras de los mejores de la clase tu nombre aparecía en el mencionado cuadro de honor.

Ahora resulta que el "sistema" se conforma con que la clase cumpla con unos objetivos mínimos. Si mi hija es capaz de mejorar sus resultados por encima de esos objetivos mínimos, eso es mi problema o el de mi hija, no es trabajo del sistema.  ¿Por que no se plantea el "sistema" trabajar con unos objetivos máximos? Eso serviría para que el alumno que vale pueda obtener lo mejor de sí mismo y el resto encuentre un estímulo para mejorar.

Y una última pregunta:  ¿Por qué en un aula de treinta y pocos alumnos podemos llegar a encontrar varios casos con problemas psicológicos, por no hablar de los simplemente rebeldes y los repetidores? Los alumnos con problemas necesitan ¡mucha ayuda! y merecen todo el esfuerzo necesario para mejorar sus expectativas, pero no a costa de conformarse con que el resto de la clase se limite a cumplir con unos objetivos mínimos. Creo que hay que revisar los criterios de integración y de promoción.

A Dios gracias, las carencias del "sistema" se ven suplidas por el esfuerzo y la dedicación de muchos maestros y profesores que se dejan la piel en el día a día.

Nota: Cuando hablo del "sistema" quiero referirme a esa mezcla de política, indolencia, falsa progresía y relativismo que nos toca vivir en estos tiempos.



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