12 de febrero de 2010

Informática fácil

No hace tanto que la informática era una herramienta reservada a quienes entendían ese galimatías de instrucciones que aparecían en pantallas de fósforo verde, por no hablar de las tarjetas perforadas.
Hoy en día cualquiera tiene varios ordenadores en casa y los utiliza con soltura, o eso nos creemos. La mayoría de los usuarios, exceptuando a los mismos genios de siempre, utilizan los ordenadores de manera tan empírica que no son capaces de enfrentarse a un problema, por banal que sea. Existe un desconocimiento casi total de los fundamentos mismos de la informática.

Para muestra un botón. No hace mucho me llama por teléfono un amigo y me dice que el ratón de su equipo no funciona. En mi afán por ayudarle le pregunto si ve el puntero del ratón en la pantalla y me responde que sí. Le indico a continuación que mueva el ratón y me diga si el puntero se mueve o sigue parado. Mi intención era averiguar si el sistema se ha bloqueado para recurrir al socorrido "apágalo y vuelve a entrar". Mi amigo me responde que está moviendo el ratón y el puntero sigue inmóvil.

Cómo termina la historia no importa, pero sí el comentario que me hizo días después una tercera persona que se encontraba con mi amigo durante la conversación telefónica y que escenificaba el modo en que éste movía el ratón agitando la mano por delante de su cara.

La película "Piratas de Silicon Valley" nos cuenta los inicios de Bill Gates y Steve Jobs, culpables en gran medida, de esta universalización de la informática.

Pero veamos el lado positivo de la anécdota: mi amigo podrá utilizar el ratón para cascar algunas nueces, mientras el puntero sigue impávido y los demás aprovechamos las ventajas de esta magnífica herramienta.


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